8:02 am, Pablo llega a su trabajo, entra a su oficina, enciende su computadora y comienza a revisar la lista de tareas para este día. Al revisar su agenda se da cuenta que tiene un trabajo que debe ser entregado al mediodía, Pablo piensa que tiene suficiente tiempo para hacerlo y decide iniciar por otras actividades de menor prioridad. 8:45 am, Pablo decide iniciar la tarea principal, pero se le antoja una taza de café, cree que con esta bebida estimulará su creatividad y se dirige a la cafetería de la empresa. 9:15 am, Pablo está listo para comenzar pero recibe un mensaje en Whatsapp y comienza una conversación con su grupo de amigos, y así avanza la mañana… Luego de ocupar las horas anteriores en tareas irrelevantes llegan las 12:05 pm, Pablo aún no ha terminado el trabajo de debió entregar hace cinco minutos.
Seguramente esta escena te resultará familiar, ya sea porque conoces, trabajas con personas con esa conducta o porque te ha sucedido algo similar, a esto se le conoce como procrastinación, tema que a continuación ampliaremos.
¿Qué es la procrastinación?
Procrastinar es la acción de aplazar tareas o proyectos importantes y necesarios por otras actividades que son menos relevantes pero que generan satisfacción o placer. Es importante aclarar que procrastinar no es lo mismo que priorizar, ya que esta es escoger realizar actividades o tomar decisiones que son más importantes o urgentes que otras en ese momento. Otra diferencia es que saber priorizar genera un impacto positivo en una persona pues le permite aprender a tomar buenas decisiones y administrar mejor su tiempo, mientras que la procrastinación bajo ninguna circunstancia es de beneficio a quien la practica.
Cualquier persona, independiente del cargo que posea dentro de un equipo de trabajo, puede ser presa de la procrastinación, afectándole no solo en lo laboral sino en todas las áreas de su vida, Una persona sabe que a fin de mes debe presentar un reporte en su empresa pero decide aplazarlo porque le resulta tedioso hacerlo, o alguien que se propuso como meta de año nuevo bajar de peso pero no quiere comenzar su dieta porque cree que no podrá cumplirla.
Causas y consecuencias de la procrastinación.
No todas las personas que procrastinan lo hacen por la misma causa por lo que importante detectar qué lo provoca para saber cómo contrarrestar este mal hábito. Una de las causas más comunes es el miedo al fracaso, el cual está muy relacionado con baja autoestima. Esta clase de personas eluden una tarea por miedo a intentarlo y que el resultado no sea positivo. El otro extremo es una persona con excesiva confianza que aplaza una tarea importante porque cree que puede realizarla después, en poco tiempo y con la misma calidad que tendría si lo hubiera hecho con anticipación.
Otra causa de la procrastinación es la frustración. Ocurre cuando una persona sabe que debe hacer un trabajo importante, sin embargo elige no hacerlo porque le resulta aburrido, tedioso o inútil según su percepción, sabiendo que está obligado a hacerlo. Esta frustración que le genera tener que hacer determinada tarea es causada comúnmente porque la persona está poco comprometida con su trabajo y el equipo al que pertenece, también tiene que ver con desmotivación por carencia de incentivos o porque desconoce el grado de importancia que tiene la tarea asignada.
A las dos causas mencionadas con anterioridad se puede agregar la mala organización del tiempo. Un procrastinador deja la tarea más importante o compleja para el último momento por el miedo a no hacerlo bien, prefiriendo hacer otras tareas y dejar de último la que le resulta más complicada, o bien siente pereza de realizarla y prefiere pasar el tiempo en actividades que le permitan pasar el tiempo. El problema de no administrar bien el tiempo es que el procrastinador al percatarse que ya no dispone de este para entregar el trabajo, lo realiza a la carrera, a medias, con baja calidad y cargándose de estrés como premio final.
Otras consecuencias de la procrastinación es mal aprovechamiento de recursos valiosos, baja productividad e incumplimiento de metas. Cabe mencionar que con lo anterior no solo se ve afectada la persona que procrastina, sino también sus allegados, como compañeros de trabajo, la empresa en donde labora o sus compañeros de estudio.
Como dijo Benjamin Franklin, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. El primer paso para dejar de procrastinar es no poner excusas como “trabajo mejor bajo presión”, “tengo suficiente tiempo para hacerlo”, “debo hacer otras cosas primero” y una larga lista de etcéteras. Por último, es importante eliminar distractores que pueden encontrarse en el área de trabajo que hacen que la persona procrastine. Es necesario entender que en un equipo de trabajo las tareas asignadas a cada miembro son importantes y el retraso de uno afecta a los demás integrantes.