La clave de una buena táctica de contenidos radica en la mezcla de los diferentes tipos de contenidos.
Alimentar los perfiles en redes sociales es de suma importancia para cualquier marca, el punto es definir la clase de contenido que está orientado a nuestra audiencia, manteniendo la línea de mensaje según los objetivos planteados desde el inicio, que provoque interacción sin perder el sentido de la marca.
Existen tres tipos de contenidos que son elementales para la actualización de perfiles que buscan llevar a su comunidad a realizar alguna acción respecto a los contenidos que observarán de manera periódica, estos son: de valor, promocional y trivial.
Contenido de Valor:
Este tipo de información se refiere a datos que podamos aportar a nuestra comunidad y que despierten el interés, lo que buscamos es compartir un mensaje que represente utilidad a todos aquellos que puedan leer nuestras publicaciones. Cada una, cuando se trata de transmitir valor tiene que estar lo más relacionada posible a las actividades que lleva a cabo la empresa, genera conocimiento y aprendizaje afín.
Contenido Promocional:
El contenido promocional puede dividirse en dos grupos, el primero institucional y el segundo, comercial. El contenido promocional-institucional no está orientado a generar ventas, sino a hacer énfasis en la imagen de la marca, las publicaciones institucionales pueden ir enfocadas a las actividades que se realizan dentro de la empresa, también pueden darse a conocer, cuáles son sus valores, misión y visión, etc.
El contenido promocional-comercial, se publica con el objetivo de dar a conocer productos, precios y ofertas, la base de estas publicaciones es la captación de clientes potenciales, para lo cual no precisamente deben contener frases o palabras que insinúen la venta. Hay que buscar que este tipo de contenido no sea invasivo sino que estimule la compra, teniendo presente la frase de Jeffrey Gitomer: A todos nos gusta comprar, pero no nos gusta que nos vendan.
Contenido Trivial:
Se clasifica como contenido trivial aquello que no esté directamente relacionado a la marca y que se publica con el fin de conseguir interacción, puede ser inspiracional, motivacional o hasta cómico, siempre y cuando queden al margen temas que puedan generar controversia o discusión entre los miembros de la comunidad, el recurso que puede utilizarse para esta línea pueden ser imágenes que representen lo que el texto dice, memes o vídeos.
La mezcla.
Al final, la clave de una buena táctica de contenidos radica en la mezcla de los diferentes tipos mencionados acá. Una marca no debe llegar a redes sociales con intenciones de venta únicamente, sino con el fin de generar conversaciones, escuchar a sus seguidores que pueden o son sus clientes. Una mezcla bien planteada abarca como mínimo el 55% de contenido de valor, el 45% restante se distribuye entre contenido promocional y trivial.
Por ningún motivo el porcentaje más alto del contenido compartido debe ser promocional-comercial pues los usuarios pueden percibir que a la marca únicamente le importa vender en lugar de comunicarse con su comunidad.
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