Toda empresa busca conseguir los objetivos trazados y para ello cada una desarrolla un plan que permita alcanzarlos. Este plan responde a una anticipada estrategia que se ha elaborado en donde se han tomando en cuenta diferentes variables que harán que la marca sobresalga frente a sus competidores. Pero ¿qué hacer cuando mi estrategia de redes sociales no está funcionando?
Existen tres decisiones muy comunes que se toman:
Cambiar de estrategia: Para muchos esta es la primera opción, lo cual hace notar que desde un inicio la estrategia no fue bien planteada y por lo tanto no es funcional. Por el contrario, en caso de que se esté seguro que la estrategia es la correcta, no es conveniente cambiar todo el panorama, pues hay detrás es un largo proceso en el que se han tomado decisiones importantes y se estaría descartando este trabajo que durante un tiempo se ha venido realizando.
Modificar los objetivos: La decisión de cambiar los objetivos viene porque desde un principio no se estableció hacia dónde se quería llegar o a cuál sería el público al que se quería persuadir con las acciones que se realizaban. Muchas veces se hacen estos cambios con la finalidad de darle un enfoque distinto al que se tenía en esencia o se cortan muchos de los que se tenían por no ser tan específicos como debieron ser desde el trazo de la estrategia.
Esperar: Con esta acción se cree en la posibilidad de que los resultados deseados se den, el problema es que si no se toma alguna medida no habrá mejoría. Como bien decía Albert Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Una solución viable
Si bien las decisiones mencionadas antes son muy comunes, no son muy aconsejables debido a que no resuelven el problema de fondo. Por lo que hay que optar por la alineación estratégica, que se refiere a encaminar a las diversas tácticas y acciones hacia la estrategia que se tiene para obtener resultados. Se trata de ubicar aquellas acciones puntuales que se consideran que están impidiendo que la estrategia se lleve a cabo con normalidad, afectando los resultados. Entre los elementos que forman parte importante de la alineación estratégica están:
Identificar y corregir las acciones: Que a través de mediciones podemos percibir que no están funcionando y en consecuencia no están produciendo los mejores resultados, no se trata de implantar una nueva estrategia, sino enmendar o suprimir acciones con las que no se ven efectos positivos.
Establecer un sistema: Es importante desde un principio, delegar responsabilidades. Determinadas acciones van a estar a cargo de personas específicas, cada una de ellas con tareas que están encaminadas a la consecución de los objetivos, es necesario también que otro grupo se enfoque en detectar posibles fallas y determinar quién y de qué forma pueden corregirse.
Alinear responsabilidades:
Cada miembro del equipo será responsable de una cuota, teniendo un papel mediante la ejecución de la estrategia, respondiendo por sus actividades a través de resultados cuantificables y específicos, rindiendo cuentas, todo con la finalidad de hacer más ágil la operación y los procesos más consistentes.