¿Cuándo fue la última vez que saliste temprano de la oficina, tomaste vacaciones o disfrutaste de un fin de semana en familia sin tener que estar al tanto de los pendientes del trabajo? Trabajar más de la cuenta puede ser un signo de una persona trabajólica, es decir adicta al trabajo.
No se debe confundir a una persona que le guste en gran manera su trabajo y halle disfrute en este, con alguien que tome lo anterior como excusa para adjudicarse largas jornadas laborales.
Todos deseamos ser altamente productivos en lo que hacemos, pero para lograr esto se debe descansar apropiadamente, es decir que para dar todo en el trabajo, se debe descansar con todo fuere de este. Pero un trabajólico no lo ve así, sino al contrario, piensa que mientras más trabaja, más productivo es, llegando a confundir el estar ocupado con ser productivo.
El exceso y/o abuso del trabajo tiene fuertes implicaciones no sólo en la productividad, las relaciones sociales y la salud, sino también en la creatividad. Cuando alguien tiene una gran carga de trabajo, le es difícil pensar de manera creativa pues las múltiples tareas no se lo permiten, teniendo una mente tupida, lo cual significa: Hacer que una cosa resulte apretada cegando sus huecos y acercando las separaciones.