Es un hecho que una buena imagen contribuye a que el mensaje que se desea transmitir llegue de mejor forma a la audiencia, permitiendo conocer con mayor detalle los productos/servicios que se ofrecen, de ahí la importancia de tomarlas en cuenta en la estrategia de marketing y marketing digital de la marca.
Considerando lo anteriormente, se entiende que una marca no debe descuidar la parte gráfica en dicha estrategia, así que es necesario preguntarse si las imágenes a utilizar serán propias o se adquirirán de un banco de imágenes.
Usando imágenes de stock.
Al hacer uso de este recurso, resulta una ventaja que las imágenes que se compren mantienen un alto nivel de calidad y por lo general, se tiene la posibilidad de elegir entre distintos tamaños y formatos según lo requiera el comprador. Algunos sitios o bancos de imágenes de stock son:
Este método es útil cuando la marca necesita promocionar aspectos de la empresa o sus productos y servicios que no requieren obligatoriamente una fotografía del mismo. Ahora bien, hay ciertas recomendaciones para usar imágenes de stock, entre ellas que aunque hay una amplia gama de imágenes a elegir, no se debe elegir sólo porque se ve espectacular, ya que esta siempre debe ir apegada al mensaje que se desee transmitir o al producto que se va a promocionar y también debe ser acorde a la línea gráfica establecida.
Usando imágenes propias.
La principal ventaja de utilizar imágenes propias es que la marca tiene control total sobre los derechos de la misma, esto le ahorra cualquier posible inconveniente respecto a licencias o normas de uso. Esto le da la libertad a la marca poder usar las imágenes en los medios que desee y hacer los montajes o ediciones que considere necesarios para atraer a más audiencia.
Tener un repertorio propio de fotografías también le brinda a la marca la facilidad de promocionar los productos que desee y hacerlo de una manera más específica, por ejemplo, si se desea promocionar un restaurante en redes sociales, se tiene la facilidad de poder subir fotos de los menús del día, o de los comensales en la hora del almuerzo y se le da garantía a los usuarios que las imágenes que mire en las redes coincidirá con los platillos que encontrará al visitarlos.
Por otra parte, el hecho de usar imágenes propias, también requiere de cierto grado de responsabilidad, pues la marca deberá velar por mantener un estándar de calidad en cada arte que publique; es preferible tener cierta cantidad de imágenes que han sido tomadas teniendo cuidado a los detalles (formatos, dimensiones, etc), que tener un amplio repertorio de fotografías de calidad mediana. Ten presente que calidad es más que cantidad.
Otro punto a considerar, es que al referirse a imágenes propias, no se trata estrictamente de fotografías tomadas por uno mismo. Si está dentro de las posibilidades de la marca, se puede contratar a un profesional que se encargue de tomar las fotografías deseadas, siempre teniendo en cuenta de que se trata de una inversión y no de un gasto.
El escenario ideal es que una marca pueda hacer uso de ambos recursos, sin embargo, por diversos factores, no siempre es posible. Así que, ya sea con imágenes propias o de stock, siempre deberá prestar la atención necesaria a cada detalle a la hora de montar, editar y publicar.