Frecuentemente vemos anuncios de viajes, cursos, webinars gratis, entre otros, que para darte la información completa, es necesario que compartas tus datos, nombre completo, número de celular, correo electrónico, los más invasivos lugar de trabajo y grado académico, esto con el fin de iniciar un proceso de ventas.
No está mal compartir tus datos cuando realmente hay interés, el problema radica que dejes tus datos con marcas poco confiables o extremadamente promocionales.
Verifica quién te pide tus datos
Antes de facilitar tu número de teléfono o correo electrónico puedes darle un vistazo a la marca que los solicita, recuerda que crear una página de Facebook o cualquier perfil en redes sociales no es cosa de otro mundo y cualquiera puede crear una, por lo tanto, dependiendo de la gestión que la marca realiza y la calidad de su contenido, una marca puede inspirar más confianza que otra; revisa opiniones y registros de visitas de otros usuarios, trayectoria y reputación que posee y cruzar referencias con amigos o conocidos que conozcan la marca o que hayan adquirido productos y servicios con ella o con marcas similares.
En este aspecto es responsabilidad de las marcas proyectar una imagen que inspire confianza, por ejemplo, contar con datos puntuales de la misma en su fanpage, como dirección, número de teléfono, alguna semblanza, así como contar con un sitio web, que denotará que se trata de una empresa formal. Si después de chequear la marca no estás convencido de su fiabilidad, es mejor no compartir tus datos.
Regula la curiosidad
Como dice el dicho: la curiosidad mató al gato, claro que no se toma este dicho en sentido literal, pero sí aplica en el hecho que por curiosidad de pueden tomar decisiones imprudentes, en este caso querer recibir información de toda clase de productos que al final no se va a necesitar ni mucho menos adquirir; esto se puede comparar con los casos de personas que compran cosas que no necesitan: no tienen mascotas pero si miran una oferta de collares o juguetes para perros no pueden evitar comprarlos.
Así como la persona del ejemplo puede llenar su casa de productos que le son inservibles en ese momento, quien brinda sus datos sin pensarlo dos veces termina con su bandeja de entrada saturada de correos promocionales, varios mensajes por Whatsapp y llamadas de vendedores. Si tienes duda del precio de algo por curiosidad pero sabes que no vas a adquirirlo, es mejor preguntarle a un amigo o investigar en internet del precio antes de brindar tus datos a la ligera.
Mide tus capacidades
Este punto se relaciona con el anterior, al proporcionar tus datos de manera apresurada estarás recibiendo información de productos que que no vas a necesitar y en algunos casos productos que te pueden llamar la atención pero que no puedes adquirir en un momento específico. Si bien es cierto que por preguntar no estás obligado a comprar, puede producir incomodidad el recibir de manera periódica información de algún producto que sí te atrae pero que no estás listo para adquirirlo y por otro lado, también pueden ofrecerte alguna promoción u opción de pago que suene atractiva y te lleve a comprometerte sin necesidad.
Si de antemano ves que el precio será muy elevado, desiste, muchas marcas premium lanzan campañas para públicos que no aplican, con el fin de construir bases de datos que luego venden, o bien, sus campañas son masivas, sin una buena segmentación y terminan llegando a personas que realmente no son parte de su target.
Pide que te den de baja:
En ocasiones se comparten los datos con el interés de adquirir algo, pero optas por otra opción y luego no quieres que te sigan enviando material promocional, como usuario tienes derecho a solicitar que te den de baja de su base de datos de ofertas y promociones, seguirán teniendo tus datos, pero ya no recibirás material que no te interesa.